Postulado # 2 - El gran problema es la incomprensión
- Myr Bedoya
- Jan 3
- 4 min read
El gran problema es la incomprensión
La raíz de los problemas más críticos para la vida en el planeta Tierra es la limitación evidente del ser humano para poder comprender la vida en toda su extensión.
Detengámonos por un momento a analizar los problemas más críticos del planeta Tierra entonces. En el postulado 1, se listan algunas de las categorías de problemas que considero críticos. Esta atribución de criticidad no es caprichosa. Un evento crítico, lo es en función de aquello a lo que afecta. Si hablamos de vida, un evento o la ausencia de éste, que implique respectivamente la supervivencia o la extinción de aquella, será un evento crítico.
Asimismo, si ese evento impacta negativamente, diré que es un problema. Entonces, considero problemas críticos, aquellos que implican -independientemente de la magnitud de la afectación - la extinción de la vida, tal como la conocemos los humanos.
Siguiendo con el postulado 1, es posible que justamente la frase “tal como la conocemos los humanos” acompañe por asimilación los eventos de las eras originarias de la vida en el planeta; aquellas en las que eventos de extinción masiva de especies, favorecieron la generación o proliferación de especies nuevas. Esta postura, es un guiño a la inevitabilidad de las infinitas maneras en las que la vida natural se abre camino, como esos pequeños yuyos, plantas, musgos y microbios que se dan en los lugares más inhóspitos, y crecen hasta renovar los hábitats. Pero sigue siendo funcional al postulado: No sobreviviremos.Y si vamos más lejos aún, y pretendemos refutar que la vida tal como la conocemos, persistirá, solo que sin los humanos, también estaremos errados.
Y aquí es donde comienza a surgir este segundo postulado: La raíz de los problemas más críticos para la vida en el planeta Tierra es la limitación evidente del ser humano para poder comprender la vida en toda su extensión.
También del postulado 1 se concluye que un evento de extinción masiva causada por el ser humano, sería distinto de todo precedente histórico, pues no solo amenaza al ser humano sino a todas las especies conocidas que dependen de ecosistemas para sobrevivir. La velocidad de los procesos que conducen a la extinción es tal, que la capacidad de regeneración es inviable, y los efectos, aún con la más alta tecnología de predicción, son incalculables.
Hay un factor que hace a este análisis más interesante. Aunque la comparación entre el escenario actual con los precedentes históricos alude a un pronóstico catastrófico, ésta posibilita al mismo tiempo una mirada más positiva: a diferencia de los eventos masivos de extinción del pasado, el ser humano sí posee las herramientas para identificar, medir, paliar y subsanar no sólo las consecuencias sino sus causas. Pero aquí, volvemos inevitablemente al postulado 1; no sobreviviremos, pues esta encrucijada única, gritada a vivas, pero claramente escasas y poco efectivas voces, no logra penetrar la conciencia colectiva del mundo con la energía necesaria para vencer todos los obstáculos en el camino hacia la supervivencia.
Volvamos a situarnos en el postulado actual. ¿Por qué, sabiendo todo esto, seguimos viviendo igual que si la supervivencia estuviese garantizada? ¿Por qué, expuestos a las evidencias de las condiciones en las que viven poblaciones que nacen y mueren en la miseria más extrema, no contemplamos la posibilidad de que también nosotros lleguemos a vivir de esa forma, si se agota el agua, se contamina el aire, se destruye nuestra ciudad por temporales extremos? ¿Por qué, recordando lo que eran los inviernos hace 30 años y viendo como son ahora, no admitimos que tenemos que aprender más, mejor y contínuamente sobre los agentes que conducen a este cambio? ¿Por qué, viendo las imágenes de los polos, seguimos pensando que nada va a pasar en los próximos años?
Podría seguir con la lista de preguntas sin agotarla. Y a cada una de ellas, la respuesta siempre conduce a la incapacidad del ser humano de comprender lo que está sucediendo.
Pero ¿Por qué?
Podría polemizar conmigo misma para tratar de refutar esta declaración. Decir que es una declaración minimalista. Que no es posible afirmar que haya una correlación directa y unívoca entre la incapacidad humana de comprender lo que está sucediendo, específicamente en cuanto a la viabilidad de la supervivencia de al menos, la mayoría de las especies bióticas conocidas del planeta Tierra, incluyendo a la humanidad, y los problemas en sí. Muchos cortes teóricos apoyan esta moción de que lo que hoy sucede, sucedió antes, con otros tintes, otra dimensión, pero sucedió al fin.
Pero no. No me voy a subir a esa visión. Sigo insistiendo en que el problema es la incomprensión. Y esta, derivada de la perspectiva de la que, aún globalizados, no podemos escapar. No sabemos lo que no sabemos. Y de todo aquello que sabemos, lo sabemos recortado, re-versionado, modificado, o incompleto. Aún aquellos que dedican 100% de su tiempo a resolver un enigma, se ven forzados a hacer un recorte de la muestra, para poder abordarla. Aquellos otros que están polarizados, ocultarán y disfrazarán parte de la muestra, para darle sentido a su explicación.
¿Qué nos falta a los humanos, para poder sortear todas estas trampas a nuestros sentidos, que nos ayude a comprender, masivamente como especie, que no vamos a sobrevivir?
Comments